La Asistencia Humanitaria llegó de enero
a la fecha, a 16.000 familias de 23.000 registradas en todo el país.
La Paz, 07 mar (ABI).- La Iglesia
de Jesucristo de los Últimos Días, donó este martes alimentos, colchonetas,
frazadas y otros artículos, por un valor de 30 mil dólares, destinados
a las familias damnificadas por los desastres ocasionados por las lluvias.
La donación fue entregada al Unidad de Gestión Social de la Presidencia y al Viceministerio de Defensa Civil y Apoyo al Desarrollo Integral, para que a la brevedad posible, estos artículos lleguen a las familias afectadas por las lluvias.
La donación consiste en 200 quintales de harina, 200 quintales de ázucar, 200 quintales de arroz, 30 quintales de porotos, 200 kilos de leche en polvo, 500 litros de aceite, 100 sets de aseo personal, 600 unidades de frazadas de una plaza y media y 600 colchones.
La entrega de la donación estuvo a cargo de Javier Mendieta y otros miembros de la Iglesia de Jesucristo de los Últimos Días.
El viceministro de Defensa Civil, Hernán Tuco Ayma y el Director General de Atención de Emergencia y Auxilio, Gral. Carlos Gandarillas, coincidieron en agradecer a la Iglesia de los Últimos Días por su desprendimiento.
Garantizaron la buena administración de la donación y que al final se hará conocer el destino que tuvo y a que partes afectadas del país llegaron para aliviar las consecuencias de las riadas, inundaciones que afectaron a miles de familias a nivel nacional.
El Viceministerio de Defensa Civil tiene registradas a 23.000 familias afectadas por los desastres naturales, de las cuales, 16.000 recibieron la asistencia humanitaria porque perdieron sus viviendas, sembradíos de productos agrícolas, ganado y otros bienes.
El viceministerio a través de sus regionales, llega a las familias afectadas con el fin de que no les falte alimentación, insumos médicos, frazadas, frazadas y ropa.
El viceministro Hernán Ayma, agradeció al cuerpo diplomático en Bolivia por la solidaridad demostrada con Bolivia que durante los dos primeros meses del año soportó una serie de desastres, a consecuencia de las lluvias.
Felizmente, dijo, que el caudal de agua disminuyo en Bermejo, San Julian y otras regiones del país, donde la crecida de ríos provocó problemas no solo afectando a miles de familias, sino también dañando la infraestructura.
Dea/jca ABI