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Colombia

Colombia: En Tarazá, familias guardabosques están en la mira de las Farc

Medellín, nov. 7 (IPC) "Todo el que esté en el programa Familias Guardabosques es considerado objetivo militar de las Farc", relató un líder campesino del corregimiento La Caucana, municipio de Tarazá, Bajo Cauca Antioqueño, a donde llegaron hace ocho días cerca de 113 familias de por lo menos tres veredas de la región huyendo de las amenazas del grupo guerrillero.

"Nosotros investigamos bien y concretamente son los frentes 5 y 18 de las Farc los que están detrás de esas amenazas. Lo que han dicho es que no van a permitir que la gente se acoja al programa de Familias Guardabosques que porque se convertían en sapos de la Policía y del Ejército", explicaron varios labriegos, quienes hablaron telefónicamente con la Agencia de Prensa IPC siempre y cuando se les garantizara la reserva de la identidad.

Este nuevo desplazamiento involucra a por lo menos 600 personas que habitan las veredas Colorado, Las Cabañas y La Cidra y comenzó el pasado domingo 2 de noviembre tras el asesinato de Jairo Alberto Londoño y Fredy Manuel Estrada, líderes campesinos que se destacaron en las movilizaciones cocaleras de febrero, abril y junio de este año.

Justamente, como parte de los acuerdos logrados con los gobiernos nacional y departamental para regresar a las parcelas en esas ocasiones, decenas de cultivadores de hoja de coca aceptaron integrarse al programa Familias Guardabosques, como una manera de substitución de los cultivos y regresar a la economía legal. Pero este nuevo éxodo revela presiones legales e ilegales que impiden cumplir con este propósito.

De un lado están las Farc: Los campesinos entraron al programa de familias guardabosques motivados por el mismo gobierno y ahora empezaron a matarlos. Las Farc dijeron que todo el que estuviera en ese programa era objetivo militar.

De otro, está la falta de acompañamiento de las autoridades: En los acuerdos de las marchas pasadas los comandantes del Ejército aseguraron que les iban a brindar seguridad en las fincas para lograr que cambiaran los cultivos de coca, pero la verdad es que han visto muy pocas veces al Ejército.

"Es una rareza que entre y cuando lo hace llega hasta determinado sitio y vuelve a salir rápidamente. =BFEntonces cuál es la seguridad democrática de la cual nos han hablado el Presidente Uribe y el Gobernador Ramos?", se preguntó otro de los voceros campesinos.

Abandonarán programa

En total, son 102 familias de las veredas Colorado, Las Cabañas y La Cidra que hacen parte del programa Familias Guardabosques. Participar de ese programa gubernamental les significa un ingreso de 204 mil pesos cada dos meses y un ahorro de otros 204 mil pesos, y se ofrece por 18 meses; además, se han prometido proyectos productivos de caucho y cacao, apoyados por Naciones Unidas, que a=FAn no arrancan.

Hasta el momento, los campesinos beneficiados sólo han recibido el primer pago, pero las presiones de las Farc, la falta de seguridad por parte del Ejército y hasta los señalamientos de los cocaleros y comerciantes, los están impulsando a abandonar el programa estatal.

"La guerrilla ha dejado claro que permitirá el retorno a las fincas siempre y cuando las familias se salgan del programa de guardabosques y no reciban ninguna clase de ayuda del Gobierno", indicó uno de los campesinos consultados, quien no dudó en advertir que las Farc contin=FAan incentivando al campesino para siga sembrando hoja de coca.

Tales intimidaciones están llevando a la gente a devolver los bonos recibidos y a anunciar que se van a retirar del programa puesto que, como dicen las fuentes consultadas, "el temor es mucho, aquí se vive un conflicto donde están todos los grupos armados".

Pero no sólo la estigmatización proviene de la guerrilla. Los mismos cultivadores de coca y algunos comerciantes de La Caucana tildan de "sapos" a los campesinos del programa de Familias Guardabosques. La gente que se desplazó a La Caucana se ha refugiado en el barrio Buenos Aires, les da pena salir al centro del pueblo porque les dicen sapos. Se re=FAnen durante el día en el barrio, allí comen, y en la noche se van a dormir a casas de familiares y amigos. Así llevan ocho días.

Exigen respeto

Además de las presiones de los grupos ilegales, de los cocaleros y de algunos comerciantes que se benefician con esta economía ilegal, los líderes campesinos expresaron su molestia y le exigieron respeto a las autoridades departamentales al precisar que las versiones que están entregando a los distintos medios de comunicación sobre lo que está ocurriendo en la región no son ciertas.

Los líderes consultados se refieren a declaraciones del Secretario de Gobierno Departamental, Andrés Julián Rendón Cardona, y del comandante de la Policía Antioquia, coronel Luis Eduardo Martínez Guzmán, quienes le han atribuido el asesinato de los dos labriegos y el posterior éxodo campesino a "bandas de narcotraficantes opuestas a la erradicación de cultivos ilícitos de coca"; además, han puesto en duda la autoría de algunos volantes que han circulado en La Caucana: "Por lo que se observa de los volantes, no creemos que se trate de la guerrilla", declaró el coronel Martínez Guzmán a varios medios de comunicación.

Los labriegos consultados revelan otra versión: "Lo que dicen las autoridades departamentales es una falta de respeto con el campesino. A ellas se les pasa una información concreta y la voltean como para que no tenga mucho impacto y no respondan, pero lo de las Farc es cierto".

Otro labriego más cuestionó la eficacia de las fuerzas militares acantonadas en el Batallón de Infantería No. 31 Rifles, con sede en el municipio de Caucasia. "El pasado lunes 3 de noviembre hicimos una reunión en La Caucana y en ella estuvo el coronel Antonio Guerrero, comandante de ese batallón, y nos aseguró que sí se le brindaba seguridad al campesinado; pero le dijimos que no era cierto, que por allá no llegaba el Ejército", explicó uno de los asistentes y agregó que hace poco sí hubo hombres de esa guarnición militar en el casco urbano del corregimiento, "pero estaban como de turistas y allí no se necesitan, porque tenemos policía".

Lo que reclaman los campesinos afectados por las amenazas de las Farc es coherencia entre las autoridades departamentales y nacionales para acompañarlos en su decisión de abandonar los cultivos de uso ilícito e integrarse a los programas gubernamentales.

"No tenemos ning=FAn apoyo de la guerrilla, por eso le pedimos al Ejército que nos garantice la seguridad", coincidieron en advertir los campesinos consultados y uno de ellos sentenció: "así como nos hicieron meter en este programa de guardabosques, entonces que también nos den ayudas de manera oportuna, pues ya no tenemos coca y no hay trabajo".

Agencia de Prensa IPC Medellín, Colombia (57 4) 569 84 25 www.ipc.org.co